Lucía Pérez Esteve

Me llamo Lucia, y soy psicóloga en el centro de psicología Mari Carmen López. Mi formación es en psicología clínica, y especialista en trauma EMDR. Me gustaría presentarme como una psicóloga que siempre tuvo clara su vocación, pero no es mi caso. Toda persona se plantea varias veces en su vida qué será de su futuro, y el primero de estos planteamientos empieza en la infancia, cuando la gente pregunta: «¿Qué quieres ser de mayor?», yo quería ser abogada, nunca pensé que un día ejercería la psicología. y entonces ¿por qué estoy aquí? La vida me convirtió en madre de Ana, una hija especial, en el ámbito más amplio de la palabra. Acompañando a mi hija aprendí muchísimas cosas, atravesamos diferentes desiertos, y entendí que aunque podíamos hacer paradas no nos podíamos rendir. ¿Qué hacer con lo aprendido? Compartirlo, acompañar a otras personas en esos trayectos. Así que esta profesión me eligió a mí, y en esta andadura me he dado cuenta de que me gusta ayudar a los demás, escuchar y apoyar a las personas, comprender sus inquietudes y ofrecerles herramientas para enfrentar desafíos. No hay experiencia más hermosa que sumergirse en los pensamientos, miedos, alegrías y secretos de los demás. Ayudar a moldear esas experiencias para que se conviertan en aprendizajes es una tarea gratificante. Ser psicóloga implica una gran responsabilidad, ya que tenemos el poder de construir o destruir lo más valioso en las personas. Pero, por encima de todo, es un privilegio. Mi vida y mi felicidad están ligadas a esta profesión.